23 lecciones de vida que me gustaría haber aprendido mucho antes de cumplir 23 años

#7 “No me arrepiento de nada” es mentira

Javier Romero
14 min readMay 22, 2020
Foto de Aron Visuals en Unsplash

El pasado fin de semana cumplí 23 años. Cada año, en el día de mi cumpleaños, busco un tiempo de reflexión para evaluar dónde me encuentro en la vida, analizar mi progreso (o falta del mismo) en el último año, y preguntarme qué estoy haciendo para acercarme a la persona que quiero ser.

Este año, además, decidí apuntar estas 23 lecciones de vida, una por cada año cumplido, que ahora intento tener en cuenta y llevar a cabo siempre que puedo, pero que me gustaría haber sabido mucho antes (y también practicar más frecuentemente). Son en realidad más de 23, ya que algunas de estas lecciones, además, contienen a su vez “mini-lecciones” relacionadas. Se me quedan en el tintero muchas otras claves vitales importantes, pero comparto estas 23 con vosotros, acompañadas de citas que ilustran la importancia de cada una de ellas.

#1 La primera impresión es vital

En todo. Un estudio de la Universidad de Toronto demostró que la gente decidía en cinco segundos viendo un discurso sin volumen si el ponente era carismático o no. Como este, hay cientos de estudios que prueban la rapidez con la que juzgamos y todo lo que ello conlleva.

Por suerte o por desgracia, las personas somos máquinas de realizar juicios rápidos y etiquetar a la gente, empezando por la apariencia física — el profesor de psicología de la Universidad de Princeton Alexander Todorov comenta que a Darwin estuvieron a punto de impedirle embarcar en el Beagle por su nariz— y siguiendo por el comportamiento o la comunicación no verbal. Cuidar todos estos aspectos, sin dejar de ser naturales y reflejar nuestra personalidad de manera transparente, es fundamental para causar buenas primeras impresiones.

“Nunca tendrás una segunda oportunidad para causar una primera impresión.” —Will Rogers

#2 Hábitos, hábitos, hábitos

Desde que leí El poder de los hábitos, de Charles Duhigg, me interesé por los hábitos, y descubrí la importancia de utilizarlos para acercarnos a virtudes como la eficacia, la amabilidad, la mejora personal y, por supuesto, la felicidad. Examina tus hábitos y evalúa si de verdad te están llevando a donde tú quieres. Cuesta establecerlos y tirar de ellos al principio, pero acabarán siendo ellos los que tiren de ti y te hagan triunfar.

“Somos lo que hacemos repetitivamente. La excelencia, por tanto, no es un suceso sino un hábito.” — Esta famosa cita se le atribuye frecuentemente a Aristóteles, pero según el escritor Caelan Huntress, es una adaptación del filósofo Will Durant.

#3 No eliges tus amigos

Frases como “elige bien a tus amigos” o “los amigos son la familia que se elige” no se ajustan a la realidad. Uno no elige a sus amigos como quien escoge qué vestir hoy, o como quien pide en un restaurante. Toda relación humana debe tener un carácter recíproco, en el que ambas personas ponen de su parte para cultivar esa relación. Por supuesto tienes un gran papel que jugar en rodearte de la gente que deseas si pones de tu parte, pero no puedes “elegir a tus amigos” si esas personas a su vez no te eligen a ti, y viceversa. La vida te dirá quiénes son tus verdaderos amigos, y no te sorprendas si los acabas contando con los dedos de una mano.

“La amistad está en la boca de muchos pero en el corazón de pocos.”.— Livia Cassemiro

#4 Acción = poder

Foto de Jakob Owens en Unsplash

Hace unos meses, dispuse de una semana libre y quería hacer algo diferente, aprovecharla al máximo, así que compré un billete de avión, reservé una habitación y me fui de vacaciones 5 días. Yo solo. ¿A que no es tan complicado? Nos encanta hacer un mundo de las cosas más simples, especular con posibilidades, cuando en ocasiones lo único que hay que hacer es actuar.

Muchos deportistas olímpicos sacrifican su vida para entrenar lo máximo posible y poder brillar en 20 segundos una vez cada cuatro años, cuando de verdad se juegan la medalla y su carrera. Este ejemplo muestra que puedes estudiar, planificar y entrenar todo lo que quieras, pero nada sustituye a la acción. El mejor momento para hacer algo es ahora.

“La característica inequívoca de un simple aficionado es que tiene un millón de planes y todos comienzan mañana.” — Steven Pressfield

#5 Siempre nos quedará el humor

Por muy mal que vayan las cosas, nadie te puede privar de hacer un comentario divertido, o por lo menos, si ese comentario no es apropiado, de tener un pensamiento alegre para ti.

Con esto no me refiero a estar siempre de buen humor. Desconfío de la gente que siempre parece estarlo. Me refiero más bien a sacar sonrisas y carcajadas espontáneas, de saber encontrar un ángulo humorístico-sobre todo en momentos de tensión, tristeza o incomodidad-que no solo “rompa el hielo”, sino que lo destroce, dándole completamente la vuelta a ciertas situaciones que puedan parecer negativas, y alegrándote no sólo a ti, sino muy posiblemente a otra gente también. No es una tarea fácil. Por eso, personalmente, asocio además el buen humor con la inteligencia y la creatividad.

“No hay nada tan irresistiblemente contagioso en este mundo como la risa y el buen humor.” — Charles Dickens

#6 No eres tan importante como crees

Nuestros propios problemas nos parecen los más serios del mundo. Lo que ocurre en realidad es que todo el mundo tiene esta misma perspectiva sobre sí mismo, y tus problemas al lado de los suyos, en muchos casos, están en un plano muy secundario para esa persona. Haz un esfuerzo por comprender que no siempre eres el protagonista de la película.

Mantén tu ego a raya. Tener, además, la capacidad de reírse de uno mismo y de nuestros errores o incluso “desgracias” nos devuelve a la realidad y nos baja del pedestal al que peligrosa y frecuentemente nuestro ego nos sube.

“Creo que la habilidad de reírse de uno mismo es fundamental para el espíritu humano.” — Jill Conner Browne

#7 “No me arrepiento de nada” es mentira

No te fíes de la gente que dice no arrepentirse de nada. Según esa afirmación, nunca cometemos errores en la vida, y todos sabemos que eso es imposible. Cometer errores y arrepentirnos nos hace humanos y nos sirve como alarma y lección para futuras decisiones y acciones, si bien no debemos recrearnos en ellos. Qué vida más monótona debes de llevar si consideras que no has cometido errores, y sobre todo qué conciencia más débil tienes que tener si no te arrepientes de nada…

“Debemos arrepentirnos de nuestros errores y aprender de ellos, pero nunca traerlos al futuro con nosotros.” — Lucy Maud Montgomery

#8 Lleva tus conversaciones al siguiente nivel

Foto de Harli Marten enUnsplash

El 85% de nuestras conversaciones se mueven en el mismo nivel, en detalles superficiales. Cuando haya oportunidad, trata de conocer mejor a la persona con la que hablas, intenta excavar y no perderte siempre en las mismas tonterías. Las conversaciones profundas, difíciles e incluso incómodas son aquellas en las que de verdad se crece. Empatía, escucha activa y vulnerabilidad son algunas de las características comunes de cualquier conversación profunda.

Por supuesto estas requieren cierto nivel de confianza, pero a menudo “salen solas” si una de las personas se abre a la otra, o a las otras. Es una especie de “efecto espejo”. Hay que hacer un esfuerzo por intentar avanzar y “pasar de nivel”, o corremos el riesgo de conocer a las personas tan solo a un nivel muy superficial.

“Una buena conversación debe agotar el tema, no a los interlocutores.” — Winston Churchill

#9 Promedio = Malo

Foto de Arshad Pooloo en Unsplash

¿Cuál es tu objetivo en la vida? Si es encajar en la media, replantéatelo. En absolutamente todos los ámbitos, la media es mala. Implica mediocridad y falta de progreso, y por tanto de éxito. Prácticamente cualquiera puede limitarse a hacer sólo lo que se espera de él.

Huye del gris, del “me es indiferente”. Sé atrevido y consecuente con tus opiniones y tus actitudes. Las esculturas más bellas y valiosas se crean con un trabajo artesanal, específico, personalizado y extraordinario, no con un molde que genera millones de productos “promedio”.

“Prefiero ser un caos de acciones atrevidas, alguien que hace que pasen cosas y aprende improvisadamente, que un cobarde perfectamente organizado.” — Brendon Burchard

#10 Elogia más, critica menos

¿Cuándo fue la última vez que elogiaste a alguien conocido? ¿Y la última vez que criticaste a otra persona? Probablemente hace menos de la crítica que del elogio. Es posible que además hicieses tanto crítica como elogio a la espalda de esa persona. No aprovechamos el poder del comentario positivo sincero y “público”, porque (absurdamente) nos cuesta mucho más que soltar un comentario negativo.

Nada de esto tiene sentido. Con esta costumbre, creamos un clima de negatividad que va espesando con cada crítica y cada elogio ausente. Vince Lombardi, uno de los entrenadores más exitosos de la historia del fútbol americano (y de cualquier deporte), tiene además otro consejo fascinante sobre el elogio y la crítica:

“Elogia en público, critica en privado.” — Vince Lombardi

#11 Aprende a decir “no”

Valorar tu tiempo y tus prioridades es el mayor indicador de que respetas los de otras personas también, aunque eso suponga renunciar a una petición o una oferta suya. Las oportunidades a veces también son sinónimo de distracción. Conviértete en un maestro de aquello que haces, acomódate a tus hábitos, y da un paso adelante sólo si te ves capaz de ello. Cualquiera puede ofrecer resultados mediocres o energía difusa, pero el éxito habitualmente es el resultado de máxima concentración y esfuerzo en una sola o unas pocas áreas.

El ejemplo más práctico son las ventanas del ordenador. ¿Cuántas veces has comenzado tu trabajo y, sin darte cuenta, has ido abriendo decenas de pestañas y te has perdido en ellas, diluyendo completamente tu esfuerzo? Si intentas extenderte más de lo recomendable para llegar a todo, es muy posible que acabes rompiéndote.

“Quien mucho abarca, poco suele apretar.” — La Celestina

#12 La verdad nunca falla

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La verdad por delante, siempre. Toda. Lo cierto es que mucho se habla de las mentiras, y poco de las medias verdades, que causan un daño similar. Tampoco es necesario mentir para arruinarse personalmente, basta con ocultar algo que debe salir a la luz. Tarde o temprano saldrá, y si lo hace más tarde de lo que debería, tendrá consecuencias nefastas.

“La peor verdad sólo cuesta un gran disgusto. La mejor mentira cuesta muchos disgustos pequeños y al final, un disgusto grande.” — Jacinto Benavente

#13 Deja de intentar impresionar o agradar a otras personas

Nadie te conoce al 100% salvo tú mismo, por lo que no intentes satisfacer o sorprender a otras personas si ello no se alinea con tus valores, si va contra tu propia persona. Estarías traicionándote a ti mismo. La autenticidad no tiene precio. Cada vez que intentas aparentar algo que no eres, pones un naipe más en un castillo que acabará por derrumbarse, porque llega un punto en que mostrarnos tal y como somos es inevitable.

“Demasiada gente se gasta dinero que no tiene para comprar cosas que no quiere para impresionar a gente que ni siquiera le gusta.” — Anónimo

#14 Utiliza correctamente las palabras

Dale a las palabras el valor y la importancia que les corresponde. No las desgastes, o caerás en la trampa de hablar siempre igual. Si algo es simplemente bueno, no digas que es “buenísimo”. Tendemos a exagerarlo todo en busca de atención. “Peliculón”, “imprescindible”, “único” y “precioso”, son algunas de las palabras que frecuentemente usamos cuando en realidad queremos decir “buena película”, “importante”, “especial” y “bonito”.

Prueba también a escuchar más y hablar menos. ¿De verdad escuchamos lo que alguien nos quiere decir, o estamos fingiendo escuchar o simplemente “oyendo” para poder hablar cuando nos toque?

Valora también el silencio, es la mejor herramienta para cultivar el pensamiento y experimentar esos “momentos bombilla” en los que creamos grandes ideas o nos damos cuenta de algo que se nos escapaba.

“No uses palabras exageradas. No digas ‘infinitamente’ cuando quieres decir ‘muy’; si no, te quedarás sin palabras para cuando quieras hablar de algo realmente infinito.” — C.S. Lewis

#15 Lee lo máximo posible

Las personas con más éxito que conozco son lectores insaciables. Cuando alguien me dice “no me gusta leer”, yo oigo “no tengo curiosidad por nada”o “el libro que intenté empezar a leer me aburrió”. Prueba con diferentes libros, empieza por leer una página, cinco al día siguiente, diez durante unos días, y acabarás leyendo libros enteros en pocos días.

Regala libros. Los buenos libros son los artículos con mayor relación calidad/precio que puedes encontrar . Un libro te puede cambiar la vida, y como mínimo te dará una perspectiva diferente, te aportará nuevo conocimiento o estimulará tu imaginación. Si la persona a la que le regalas ese libro no lo lee, por lo menos conseguirás que tenga remordimiento de conciencia por ello cada vez que te vea y se acuerde de que el libro que le regalaste está acumulando polvo. Y, tal vez algún día, coja el libro y comience a leer. Entonces, le habrás hecho el mayor favor de su vida.

“Un lector vive mil vidas antes de morir. El hombre que nunca lee, vive sólo una.” — George R.R. Martin

#16 ATENCIÓN

Foto de Markus Spiske en Unsplash

Demasiadas veces, necesitamos mayúsculas o signos de advertencia para prestar atención. El mundo actual es una sobredosis constante de estímulos, y estamos perdiendo nuestra capacidad de concentración a pasos agigantados.

Piensa si de verdad estás presente en tu vida, si realmente la controlas o si simplemente reaccionas a estímulos y a los mencionados hábitos. ¿Conduces o vas en piloto automático, dejando que las circunstancias te zarandeen? Vuelvo al ejemplo de la conversación. ¿Eres capaz de repetir la última frase que la otra persona ha pronunciado, o estás esperando a que la otra persona termine para contar tu historia?

#17 Mostrarse vulnerable indica fortaleza

Aparentemente, esta afirmación no tiene sentido, pero una vez que la analizamos, es pura lógica: todo el mundo quiere aparentar perfección, fortaleza, porque están inseguros de sí mismos y tienen miedo a enseñar su verdadera realidad. Mostrar vulnerabilidad e imperfección, por contra, es un signo de que estás a gusto con ellas y de que no te afectan negativamente.

“Recuerda que en tu propia debilidad reside la fortaleza, porque siempre estarás a tiempo para salvaguardarte.” — Swami Sivananda

#18 No juzgues

Foto de Tingey Injury Law Firm en Unsplash

Por la misma razón por la que debes tomarte las opiniones de otra gente con perspectiva y dejar de intentar impresionarlas: no conocemos a las personas, sus circunstancias, su proceso de razonamiento, la educación que tuvieron, las dificultades a las que se han enfrentado (o se están enfrentando actualmente)…

Juzgar es más grave cuanto menos tardamos en hacerlo, y puede volverse más normal y razonable cuanto mejor vamos conociendo a otras personas, pero como norma general, simplemente no tenemos autoridad para juzgar en la mayoría de los casos.

#19 Diferencia muy bien qué sí y qué no puedes controlar, y céntrate exclusivamente en la primera

Acepta que, afortunadamente, no tienes el control de todo (si no, la vida sería una mezcla de aburrimiento y agobio constante), y evita perder energía en aquello que se te escapa. Focalízate en perfeccionar lo que está en tu mano, y seguramente repercutirá de manera positiva en lo que no puedes controlar.

“Sucede un cambio increíble en tu vida cuando decides controlar aquello sobre lo que tienes poder en lugar de desear el control sobre lo que no tienes.” — Steve Maraboli

#20 Siempre sé la persona con más clase y elegancia

Practica el perdón y la compasión hasta la saciedad. De hecho, no solo los practiques, sino identifícate con ellos al máximo. Demuestra que tus valores son de muy alto nivel (de nuevo, superior a la media) y vive tu vida en base a ellos.

Suena sencillo pero, ¡qué cómodos y fuertes nos hacen sentir el rencor y el enfado! Nos llenan de una “razón” ficticia que a menudo es tan absurda como los enfrentamientos que generan este rencor.

En el peor de los casos, en el que hay diferencias irreconciliables, de nuevo, mantente por encima de la media. La gente media baja al nivel de aquellos con los que se enfrenta. Nuestro objetivo, sin embargo, debe ser el de permanecer siempre varios niveles por encima de la gente que nos traiciona, nos decepciona, nos insulta… En definitiva, de la gente que nos da un motivo para luchar contra ella. Se debe mostrar el enfado necesario, pero nunca enzarzarse en peleas o rivalidades que sólo ayudan y motivan a esta gente media que quiere bajarte a su nivel.

“El verdadero perdón sucede cuando puedes decir ‘gracias por esa experiencia’.”— Oprah Winfrey

#21 Ni demasiado alto, ni demasiado bajo

Foto de Jeremy Thomas en Unsplash

La estabilidad emocional es una de las virtudes más infravaloradas y más difíciles de sostener, y mantener la perspectiva es vital para no volverse loco. La vida ya es una montaña rusa lo suficientemente fuerte como para agrandar artificialmente las diferencias entre sus picos y sus valles. Celebra los éxitos y lamenta las tristezas siempre con perspectiva, y sé consciente de que tanto alegría como tristeza son efímeros.

“La vida no es más que un conjunto de picos y valles. No dejes que los picos sean demasiado altos, ni los valles demasiado bajos.” — John Wooden

#22 Las expectativas altas no suelen ser buenas

Puede sonar como una actitud algo pesimista, pero recuerda la lección #21. Mantente con los pies en el suelo. De nuevo, mantén la perspectiva también a la hora de tener ilusión y esperanza.

Todos conocemos situaciones idílicas o eventos especiales que habíamos planeado con mucha antelación o ansiado con grandes expectativas, y que terminan por traernos más miseria que alegría al no cumplirse.

“Las expectativas son como la porcelana delicada. Cuanto más fuerte te agarres a ellas, más probable es que se rompan.” — Brandon Sanderson

#23 Cuestiona todo

Foto deJon Tyson en Unsplash

No te creas nada a la primera. Investiga, haz preguntas, absorbe sabiduría y busca otras perspectivas. Busca qué y quién hay detrás de aquello que se te presenta. Cultiva tu curiosidad como si de un pequeño huerto se tratase, y trata de hacerlo crecer.

Nunca des nada por hecho, pregunta, confirma y re-confirma todo hasta que estés completamente seguro. Irónicamente, en la “era de la información”, la falta de comunicación es la mayor causa de malentendidos, de errores e incluso de tragedias.

“La mayoría de los malentendidos del mundo se podrían evitar si la gente simplemente se molestase en preguntarse ‘¿qué más podría decir esto?’ — Shannon L. Alder

Gracias por llegar hasta aquí. Me encantaría conocer tu opinión sobre estas 23 lecciones, que espero te puedan ser útiles. Si tienes más que añadir, o alguna sugerencia que proponer, por favor no dudes en dejarlas en los comentarios. Los leeré atentamente.

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Javier Romero
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Written by Javier Romero

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